domingo, 19 de octubre de 2008

Querida Sheila, Relato de la Operación Forhed Hope

Una vez más hemos podido disfrutar de un evento Stirling, emoción en estado puro. Va -como ya viene siendo tradición- mi humilde relato del evento como tributo a tan genial experiencia.
Y a mis hombres del Tercio, emotivas gracias por su devoción en el papel.

Carta de un pobre Iraqui a su única esposa,

"Querida Sheila;
Siento no poder escribirte antes, el puesto de comandante en la comisaría de Shaibah no deja mucho tiempo para los asuntos particulares.
Debes preocuparte Sheila, pues estaba mejor en mi antiguo destino como chofer del Grandísimo Saldan, aquí nos dicen que el salario es bajo, pero que se come bien ¡¡Con lo poco que me gusta la carne de cabra!!.
Eso si, la población es sumamente amable, se trata de pastores, principalmente, y además está lleno de rubios, que nos facilitan todo lo que necesitamos.
La vida es sumamente tranquila y los hombres que tengo a mi cargo son todos muy amables y se involucran mucho en su cometido, apenas hay que mandarles que patrullen o que se encarguen de los incidentes, ellos van con ganas a cualquier misión y regresan sonrientes. Nunca pensé que de pastor a policía se pase tan fácilmente y con tanta devoción.
¡¡Espero que me contagien su entusiasmo!!
Continúa con tus tareas y mantén la jaima en condiciones para mi regreso."

DIARIO DE Alí Georgius Salivan, alias "El banquero de Shaibah". Solo un mes después de su nombramiento.

Todo marcha bien, se nos complica la cosa de vez en cuando pero las finanzas progresan. Estos tres últimos días, y después de que el Iman se nos exalte un poco, han sido algo complicados.
Estrenamos nuevas armas facilitadas por los amables hombres europeos que a cambio solo nos pidieron un poco de colaboración. El sábado comenzamos a participar en sus patrullas –hecho este altamente beneficioso- pues cuesta mucho adaptarse a los métodos de estos infieles y solo mediante el correspondiente peculio se hace llevadero, unos pocos dólares nos están haciendo más grato el adaptarnos ¡pagan con una facilidad increíble! Me piden dos policías, les doy cuatro y pagan el doble.
Comenzamos la jornada con una buena explicación de los rubios de cómo es el pueblo y después de ponerles nombres raros a cada zona realizamos un entrenamiento especializado para “limpiar”, lo llaman, y después como patrullar. Para esto de las “Patrol” se empeñan en seguir siempre el mismo camino y claro, y aunque intentan complicarlo con algo que llaman clockwise y anti- clockwise los pastores de Shaibah les toman el pelo sin problemas.
Al Imán de aquí le cuesta un poco más aflojar la billetera pero no comenzamos mal. Nos encargó cortar una calle durante 30 minutos con la excusa de una fuga de gas, lo negocié hasta dejarlo solo en 20 minutos y por un módico precio de cuatro fajos de dólares cortamos la calle, como verdaderos profesionales y encima sin que los rubios se acercaran. Eso si, nos tuvimos que poner serios con la reportera…no paraba de intentar meter las narices ¡Aún con nuestra amabilidad avisándola de que el gas es malo, muy malo! “Gas, malo, gas malo señorita, no pasar, malo, malo” El Imán y sus pastores “arreglaron la avería” y nosotros sonrientes pudimos regresar de nuevo a nuestra Police Station que es como se empeñan en llamar los rubios a nuestro humilde hogar.
La siguiente dificultad del día la tuvimos con algún arresto de civiles –bueno pastores pero que se empeñan en llamarlos así- y los jerarcas protestando a nuestras puertas por ello…aún no tengo yo la experiencia suficiente y se me escaparon algunos tiros al aire y alguna voz, pero prometí ayudarles a cambio de una pequeña contribución para la humilde fuerza del orden y como son pastores con muy buen fondo accedieron sin problemas. A los rubios ni les dijimos nada, soltaron a los ciudadanos retenidos y yo me congracié con la población, que encima me trajo algún que otro regalo. (Unas revistas de infieles rubias –pero de muy buen ver- que he tenido a bien custodiar para que no envenenen la mente de nuestro pueblo)
Aquí es donde comencé a ver que mi jaima podía prosperar…no hace falta más que escuchar y prometer, al principio archivaba las denuncias meticulosamente, pero son un engorro por lo que decidí que mejor escribirlas en la arena, que viene el aire y te deja el archivo bien limpio.
El sábado acabó un poco liado. El Imán se empeño en darnos la lata –dice que los rubios nos enturbian la mente- y se cargo a dos de mis chicos tras hacerles pasar un mal rato. Total por que ayudamos a la población informándoles del toque de queda, ¡¡pero si les vino estupendo para poder pasar más tiempo en la jaima!! Evidentemente me tuve que enfurecer (Solo para mantener el respeto, ya que a menos chicos en la comisaría mayor reparto de beneficios) y me dedique a llorar a los rubios hasta que accedieron a buscar a mi gente dentro de la mezquita.
Aquí es donde se curte un buen policía, dos santones se me pusieron tontos en la puerta de acceso y claro, no pueden ponerte en evidencia y no hacer nada, les metí una ráfaga en las rodillas y allí que se me murieron los pobres, que flojos.
De seguido Alí John (mi mano derecha), El hombre pregunta Alí Cayo Julio –mi traductor que si no cuestiona no es feliz pero al que le encanta el olor de los dólares- Alí Bender y Alí Beleg (Yo creo que se profesan algo más que respeto y por eso son tan fieros en la lucha), entraron a quemarropa pero eso si solo al hall, el resto que lo limpien los rubios no sea que se escape algún tiro!! Y la mezquita se quedó más limpia que un plato de cus-cus en la choza de mis niños. Con el Imán no pude, no se quiso tirar al suelo el hombre, y como es tan grandecito mejor no insistí.
Mientras nuestro Al Cesar, que solo piensa en el papel moneda y nuestro médico –Al Thor Mansur- cuyo único fin el la vida es cruzar cabras con pastores, custodiaban la comisaría.
Y nos la liaron, los rubios nos endosan al segundo del Iman, un tío fuertote que habla el Árabe más lioso que yo conozco y que encima después de pasar no más de 5 minutos en el calabozo se nos puso malito. Tuve que ayudarle a pasar su enfermedad con dos inyecciones de pvc y claro no lo resistió…estos clérigos son muy flojeras. Los rubios vinieron a preguntar y nada les dijimos que estaba malito y eso, y que se marchó a ver a unos familiares muy lejanos, que le entró nostalgia, ya me entienden.
Con el asalto a la Mezquita se nos enfadó un poco el Iman y yo creo que los que vinieron durante la noche a llenar de agujeros y explosiones la comisaría eran sus amigos, unos pastores de la etnia de los Mournival y no sé si algún Tan-Taliban y algún pastor de sangre caliente. Somos tan majos que después de que muchos cayeran destripados a las puertas dejamos que el último se marchara (solo se le ocurrió encerrarse en los urinarios y decidimos que un gesto de buena voluntad nos congraciaría de nuevo con el pueblo) y si, cumplimos ¡Pero se fue sin pagar nada! Todo un desconsiderado. En el asalto, o asaltos, por que no se cansaban, nos las hicieron pasar un poco negras y nuestro médico agotó las curas haciéndonos remiendos continuamente. Cuando los rubios pensaban que estábamos todos fritos es cuando se les ocurrió aparecer, menudo chasco se llevaron al ver que los aguerridos y honrados policías seguíamos manteniendo el tipo ¿Qué pasa que les entró sordera durante toda la noche? A lo mejor no vinieron antes por que estaban sin fondos, y claro hubiera resultado una descortesía.

El domingo fue mejor, nos llegaron donaciones desde los dos bandos.
El Iman, viendo que somos gente de fiar, llego con “viruta” fresca y con un trabajito. Teníamos que cuidar de que nadie registrará dos casas en el sector oeste. Cosa fácil pues todo el mundo entiende que si hay una enfermedad en la zona es mejor que solo se contagie la sufrida policía, y que los rubios se mantengan al margen. Allí que nos fuimos todos los buenos policías, dando un paseo. Estábamos custodiando las casitas “contagiadas” tan tranquilos y va y no se le ocurre otra cosa al santón del Imán que pasearse entre nosotros con una ametralladoras colgada….mira que sudé, me entró una ceguera tremenda!! Y además me di cuenta de que era contagiosa ¡Ninguno de mis hombres veía nada! Debió ser un tema epidemiológico, o quizás restos de gas de la avería del día anterior. Me dije: ¡Georgius Salivan que mal negocio! y es que mi intermediario en el asunto, mi “Question Man” el traductor del grupo Alí Cayo negoció 30 minutos y eso en Shaibah son muchos minutos y más con los rubios ya rondando en las manzanas cercanas.
.El Imán me debió ver la cara de apuro por que nos endosó otro fajito de billetes y nos dejo marchar tan contentos, avisando eso sí de que los infieles nos querían arrestar.
¿Y ahora que hacemos? Partimos atribulados hacia la comisaría y ya me veía yo con mis sueños arruinados cuando al pasar delante del cuartel de los rubios (en perfecta formación para impresionar) no nos miraron muy bien…teníamos que pensar rápido y antes de que se nos echaran encima pedí ver a uno de sus comandantes…unos fajos más y bueno, el Imán se estaba portando bien pero la seguridad de las fuerzas del orden son lo primero. Simplemente les dijimos en que casas estaban los santurrones con armas, (se nos curaron los efectos del gas rápidamente) y los rubios se marcharon muy organizadamente para el lugar….nosotros no, que estábamos algo cansados después de la presión.
El día termino desagradablemente con una patrulla de todos mis hombres junto con los rubios…¡Comandados por una mujer! ¿Es que no se dan cuenta de que alterar el orden natural de las cosas no es bueno! Alá les castigará.
Nos dejaron bien fritos, con heridas varias, y claro, se aconsejaba un repliegue táctico hacia la comisaría, que ya está bien de sufrimientos. Cuatro de mis chicos marcharon para matar a los seguidores del Imán…a cuantos más mejor, que ya no veía yo mucho trato que hacer, y así termino el día.
Espero que Shaibad continúe confiando en su fuerza policial ¡Serán todos muy felices! Que su comisario no escatima y les da dinerito para cabras, muy de vez en cuando que estamos en crisis, claro.
Y que orgulloso me siento de comandar a esta tropa policial: Alí John, Alí Beleg, Alí Bender, Alí Cayo Julio “Question Man”, Thor al Mansur, Al Cesar y al “Policía! Alí Barny que se quedó en MadridBagdad con el peroné partido en dos y no pudo venir…

Que tan aguerrido grupo, capaz de dejarse los dientes si hace falta en el campo de batalla…. Tercio: ¡¡ALÁ AL DOLARRRRRRR!!

3 comentarios:

Capt. Fran dijo...

Impresionante relato, felicidades, hace que me quiera enrolar police Iraqui inmediatamente.
Saludos.

annius ramilus dijo...

enricus

annius ramilus dijo...

Admiro a la gente valiente... no a la que se cree fuerte ni a la que lucha por demostrar algo... a la gente valiente.